Musgo: inspiración asiática, escandinava y patagónica con toques rusos

El restaurante Musgo propone un nuevo concepto gastronómico: Patagandi, nombre inspirado en el Japandi, estilo que fusiona lo japonés con lo escandinavo

En Palermo, la pareja rusa integrada por Konstantin Voronin y Ksenia Romantsova fusiona influencias asiáticas y escandinavas con productos patagónicos.

El amalgama se da entre los productos patagónicos, los métodos de cocción y las salsas asiáticas y el minimalismo escandinavo.

El concepto atraviesa también el estilo del local: Piedras, arbustos y otros elementos de la naturaleza forman parte de la decoración.

La cocina de Musgo también tiene guiños y notas rusas tanto en los platos como en el servicio. 

Así están muy presentes las raíces, un ingrediente típico de la gastronomía de países con climas fríos; y métodos de cocción tradicionales como el ahumado con astillas.

Entre los platos del primer menú están el ojo de bife con golden curry y coliflor; el cordero con papas patagónicas; el roast beef en tempura con menta japonesa y ponzu; y la trucha ahumada con salsa de piel de papas y sal negra patagónica, entre otros principales y entradas.

El restaurante, de 200 m², tiene capacidad para 58 cubiertos entre el salón y el patio; abierto de miércoles a lunes, propone dos turnos: uno a las 20 y otro a las 22.

Productos como la merluza negra, los langostinos patagónicos y el cordero, esenciales en la carta del restaurant.

Desde Musgo apuestan a acercar los sabores del sur a Buenos Aires, valiéndose del asesoramiento de su sous chef, Luciano Campos, ex Alo’s y Bufano, y Sorrel Moseley-Williams como sommelier.

Radicados en Argentina hace más de un año y medio, Voronin y Romantsova descubrieron que “acá a la gente le gusta salir, comer afuera; es toda una cultura que aflora en este país”.

“Y también vienen muchos turistas, además de que el mercado local todavía está creciendo”, agregan.

Voronin, chef, comenzó a trabajar en gastronomía a los 14 años en Rostov del Don, ciudad del sur de Rusia; estudió gastronomía en el colegio Ruso de Arte Culinario y la universidad de Rostov del Don.

Su trabajo lo llevó a Italia, España, Francia y otros países donde refinó su experiencia, especialmente como chef de grandes yates de lujo en el Mediterráneo.

En cuanto a los vinos, la idea es que los clientes puedan acceder a muchos vinos por copa y que puedan incluso probar vinos antes de pedirlos.

“Estamos muy felices con nuestra elección; estamos enamorados de los argentinos; nunca imaginamos tanta hospitalidad y calidez en nuestra nueva casa”, sostienen.

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