Se realizó en Valladolid la segunda edición de la Feria Internacional de Enoturismo

Un centenar de bodegas, hoteles y rutas enoturísticas de España, Portugal e Italia, y unos 75 operadores turísticos de todo el mundo se dieron cita en Valladolid, España, en la segunda edición de la Feria Internacional de Enoturismo (FINE), para potenciar la promoción y oferta del sector tras la pandemia.

En la apertura del encuentro, el alcalde de esta ciudad de Castilla y León, Oscar Puente, destacó que “el enoturismo es uno de los recursos fundamentales económicos, una fuente de ingresos muy importante”.

“El objetivo es potenciar la promoción y la oferta de enoturismo, y promover su internacionalización”, afirmó por su parte el consejero de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, Javier Ortega, quien resaltó su “gran importancia” como recurso turístico en expansión y lo definió como “un vector de crecimiento sostenible e integrador para las áreas vitivinícolas”.

Para el vicepresidente de la Diputación de Valladolid, Víctor Alonso, el enoturismo genera un “dinamismo económico que atrae a muchísimas personas de lugares muy distintos, y constituye un atractivo muy importante para nuestros pueblos y empresas”.

“El turismo enológico es uno de los vectores que permitirían alcanzar los objetivos de en la política de diversificación y sostenibilidad del turismo en todas sus vertientes: ambiental, económica y social”, agregó por su parte Blanca Pérez-Sauquillo, de Turespaña.

En tanto, el presidente de la Feria de Valladolid, Víctor Caramanzana, aseguró que este sector “tiene infinitas posibilidad de desarrollo y un punto de encuentro como éste es hoy más que nunca necesario para el enoturismo”.

A su turno, el director de Feria, Alberto Alonso, agregó que “la cooperación público-privada será clave para el futuro del desarrollo económico; y FINE es una muestra de eso”.

Proyectos innovadores, experiencias singulares, apuestas por la naturaleza, la gastronomía o la puesta en valor de la historia y la cultura se presentaron en el encuentro, en el que se concretaron unas 2.000 reuniones de negocios, 45% más que las casi 1.400 de la edición anterior.

Con una importante participación portuguesa, casi la mitad de la oferta expositiva, en esta edición se incorporaron bodegas y rutas de áreas vinícolas relevantes como Rioja, Penedés, Galicia y Madrid, que se sumaron a Castilla y León, Murcia, Castilla-La Mancha, Somontano, Porto, Alentejo y Douro.

“El enoturismo está viviendo un proceso de auge, no sólo en Europa, sino también en países como la Argentina, que tiene experiencia en producción de vinos y enoturismo”, afirmó Alberto Alonso, director de la Feria de Valladolid.

Según Alonso, “está pasando en todo el mundo y acompaña la tendencia de vincularse con espacios abiertos, de contacto con la naturaleza y alejarse de los núcleos urbanos, viviendo experiencias en entornos rurales”.

“El primer impacto de la pandemia ha sido negativo porque las bodegas han tenido que cerrar sus puertas, pero a medida que han vuelto a abrirlas han visto incrementar su número de visitantes”, explicó el ejecutivo.

“Creo que esto no sólo se consolidará sino que incluso aumentará”, agregó, al tiempo que reveló que “en las charlas se coincidió en que se espera un crecimiento importante en los próximos cinco años”.

Por otra parte, consideró que “hay un desarrollo desigual del enoturismo desde un punto de vista global, estamos a años luz de California y el Valle de Napa, pero entre ellos y los países que recién empiezan están Francia, Italia, Chile, Argentina, Australia, España”.

“Hay países con mentalidad diferente, el enoturismo visto como entretenimiento; el concepto americano del enoturismo es muy diferente al europeo, arraigado a la cultura del vino, la tradición y a la elaboración”, enfatizó.

Consultada sobre cómo se vislumbra la etapa post-Covid, la diputada de Promoción del Territorio y Turismo de Lugo, Galicia Pilar García Porto consideró que “la vemos como una etapa de nuevas oportunidades”.

“Somos una provincia con una baja densidad poblacional, con recursos turísticos ambientados en la naturaleza, un turismo rural, sostenible y ecológico, una producción de vinos de autor, basada en pequeñas bodegas, y una amplia riqueza gastronómica”, explicó.

Según García Porto, “la pandemia nos afectó a nivel económico, pero abrió una nueva oportunidad, nos permitió darnos a conocer al mundo de otra forma, con todos los recursos naturales estuvieron a disposición del público prácticamente sin limitaciones”.

Por su parte, Elena Pilo, de la Asociación de Bodegas de Logroño, La Rioja, señaló que “el enoturismo es un turismo vinculado a la especialización, el enoturista busca experiencias muy concretas y captar al enoturista internacional es necesario para seguir creciendo”.

En tanto, Marc Sosa, representante de Turismo do Porto e Norte, de Portugal, afirmó que “el enoturismo ha sido muy afectado por la pandemia, pero nos estamos recuperando poco a poco, es un producto muy fuerte en Portugal”.

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