El buen vino viene también en botellas pequeñas: ganan mercado las presentaciones de 375 ml

La cuarentena despertó el interés por la presentaciones de 375 ml de vinos en vinotecas y en establecimientos gastronómicos que, al verse obligados a trabajar con “delivery”, las incorporan en sus promociones y menús ejecutivos.

Las ventajas, afirman, son muchas, pero se destacan que sean más económicas y más cómodas para trasladar y embalar.
En épocas de pedidos a domicilio, estas situaciones habituales se acrecientan, y la búsqueda por dar soluciones al consumidor es continua.
Fede Benítez, de la vinoteca “Sommelier en Bicicleta” de Palermo, explica que “antes de la cuarentena no vendíamos ni pensábamos en incorporar estas presentaciones porque siempre lo consideramos un ‘formato de restaurante'”.
“Pero ahora, con la cuarentena, mucha gente que vive sola o que solo toma una copa por cena empezó a pedirnos las botellas pequeñas; y por ende, las incorporamos”, agregó Benítez.
Desde la bodega Sottano, su sommelier y jefe de marketing, Max Ortiz, indicó que “en febrero lanzamos la presentación pequeña para nuestros Blend de Malbecs, Sottano Clásico y Reto porque muchos de nuestros clientes nos pedían ese formato”.
“Lamentablemente la pandemia generó que la demanda se retrajera, pero en muchas provincias y ciudades donde ya están en fases más avanzadas que el AMBA se registraron alzas en los pedidos en estas últimas semanas; y con la expectativa de apertura gradual en la Ciudad de Buenos Aires y alrededores, son muchos los restaurantes y vinotecas que empezaron a pedirlas”, completó.
Por su parte, Martín Bruno, sommelier y brand ambassador de Bodega Etchart Cafayate, opina que: “las botellas de 375 ml contienen apenas un poco más de dos copas estándar, con lo cual son ideales para un almuerzo o como opción de bebida en un menú ejecutivo”.
“Si bien en Argentina es un formato que, salvo algunas excepciones, estuvo relegado a vinos simples, sería una gran oportunidad para disfrutar de vinos ricos en un formato más ‘individual’; son muy convenientes también para aquellos restaurantes que no tienen desarrollado el servicio de vinos por copa, ya que les evita el tener que cuidar la rotación de las botellas abiertas; eso sí, no es un formato para pensar en la guarda del vino durante años, ya que en este tamaño la evolución en la botella es más rápida”, concluyó.
Coincidiendo con las ventajas que puede tener el formato pequeño, Gonzalo Coronel, sommelier y gerente del restaurante porteño Aire Criollo, explica: “Tenemos muchos pedidos de gente que está sola y no tiene ganas de pedir un vino grande”.
“La gente lo pide mucho, con lo cual diría que nuestra experiencia con el formato es más que rentable”, añadió Coronel.
Por sus múltiples ventajas, la “botellita de vino” da pelea en todos los rubros y es una presentación que promete verse cada vez más seguido en restaurantes y hoteles de Argentina y del mundo.

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