Cruzat Pet Nat, espumosos elaborados bajo el “método ancestral”
Bodega Cruzat lanzó al mercado dos vinos espumosos elaborados bajo el “método ancestral” o Pet Nat, un Chardonnay y un Pinot Noir cosechados a principios de año y de los que sólo se elaboraron 5.000 botellas.
“Nuestro amor por los vinos espumosos no tiene límites, por lo que quisimos elaborar nuestros dos primeros vinos bajo este método ancestral, aún más antiguo que el champenoise o tradicional con el que elaboramos todos nuestros espumosos”, afirma Andrés Heiremans, gerente general de Cruzat.
Pétillant Naturel, más conocidos como Pet Nat, es la traducción de “naturalmente espumoso”: un método de elaboración que nació por accidente en Francia en el siglo XVI.
“Hemos querido rescatar la expresión pura de cada varietal, resultando un vino de carácter fresco, auténtico y con mucha personalidad. Sin agregar sulfitos ni azúcar, y no filtrados, por lo cual presenta una turbidez que es parte de su expresión natural”, explica Lorena Mulet, enóloga de Cruzat.
Según Mulet, “la gran diferencia de elaboración de un Pet Nat con un espumoso bajo el método tradicional es que acá tenés un ‘sólo tiro’, no hay forma de corrección y el mínimo defecto se nota mucho. Al no haber una segunda fermentación en botella, no hay forma de corregir nada”.
“El Pet Nat es un gran instrumento para transmitir la energía que se vive en la bodega; es un producto jovial que acerca al mundo del vino a un consumidor bien curioso, pero con la alta calidad que nos caracteriza”, agregó Heiremans.
El método ancestral nació por accidente en el siglo XVI en Francia, cuando -según los historiadores- las bajas temperaturas hibernales generaban que el vino deje de fermentar, entonces se embotellaba creyéndose completamente terminado.
“Esto dio como resultado que durante los meses de primavera -cuando subían las temperaturas y se reactivaban las levaduras-, muchas botellas no resistieran la presión del arranque de la fermentación y explotaran en la bodega”, explica la enóloga.
Sin embargo, las botellas que sí resistían ese proceso dieron origen a los primeros espumosos bajo el método ancestral o Pétillant Naturel, hasta que en 1668 Dom Perignon ideó la manera de controlar ese proceso para evitar accidentes, con el método champenoise o tradicional.
El método ancestral consiste en conseguir un vino espumoso con una sola fermentación, proceso en el que las levaduras transforman el azúcar en alcohol o gas carbónico, a diferencia del método tradicional (Champenoise) en que se producen dos fermentaciones.
“Durante el proceso de Pétillant Naturel, el mosto (jugo de uva) fermenta primero en un tanque de acero inoxidable y, antes de que termine, se embotella para que finalice la fermentación en la botella; este mosto-vino todavía contiene azúcar, que será la que genere el gas carbónico; al estar la botella tapada, no permite que el gas se escape, produciendo la tan ansiada burbuja”, agrega Mulet.
Durante la fermentación se genera un sedimento -o “lías”- de levaduras en su etapa final; a diferencia del método tradicional -en el cual se extraen las mismas en un proceso de “degüelle”-, en este caso se conservan en la botella dándole un carácter cremoso al vino.
“El resultado nos muestra vinos ligeros, afrutados y divertidos, algo más rústicos que los de método tradicional, pero también más ágiles y sorpresivos”, describe Mulet.
Para el Instituto Nacional Vitivinícola (INV), los Pet Nat entran en la categoría de Frisante Natural, ya que para considerarse un espumoso debe tener más de 4 atmósferas de presión, y los Cruzat Pet Nat tienen 3,5 ATM.
“Hemos utilizado el símbolo de la bicicleta, ya que es un medio natural de transporte que genera buena salud en el cuerpo y alma, con gran respeto por el medio ambiente; de la misma manera, queremos que nuestro Pet Nat nos lleve a disfrutar nuestras pasiones de manera intensa y natural”, afirma Heiremans.
La ilustración de la bicicleta está hecha por Jerónimo Páez, artista mendocino apasionado por las burbujas, las bicicletas y el arte.
“La ilustración habla de la intriga: a primera vista, a uno le atrae el no poder ver quién está detrás de esas rosas; y las bicis son un elemento que me gusta mucho poner en mis ilustraciones porque son nobles, sutiles y en sintonía con el cuidado del medioambiente, sin emitir ruidos”, explica Páez.