Fuego Blanco Vilma Gran Syrah, fiel exponente del Valle de Pedernal

Fuego Blanco Vilma Gran Syrah es un vino de edición limitada de la Bodega Los Toneles, de la Familia Millán, proveniente del Valle de Pedernal, San Juan, región donde mejor se da este varietal en la Argentina.

Imagen tomada con un Moto G84 5G

Este vino tinto de la línea Fuego Blanco -proyecto de terroir que busca poner de relieve las características y el gran potencial de la región- se destaca por reflejar las características del terroir del cual proviene, ubicado a 1.500 msnm. 

Por las características de su suelo franco-arenoso y su clima -de gran amplitud térmica y con temperaturas máximas que rondan los 28ºC-, la región da vida a varietales de gran personalidad, de colores intensos y excelente expresión de aromas y sabores.

De pequeña producción -sólo 3.000 botellas-, elaborado en vasijas de concreto, presenta mucha concentración, fruta negra y especias con marcada estructura en boca; y textura y notas minerales aportadas por el suelo del singular valle sanjuanino.

En la Argentina, el Syrah está presente en casi todas las provincias vitivinícolas (11.108 hectáreas cultivadas hasta 2022, según datos del INV), siendo San Juan la segunda en cantidad y su Valle de Pedernal, cuna de grandes exponentes de la variedad.

Ubicado al sudoeste de la provincia de San Juan, este valle se encuentra protegido por la sierra de Pedernal y en una ubicación privilegiada que lo mantiene alejado de las plagas naturales.

El suelo, con mucha presencia de carbonato cálcico, la gran amplitud térmica y el clima continental frío, aportan el resto para lograr las mejores uvas de la cepa.

En Fuego Blanco “buscamos mostrar la precisión, perfección y elegancia de la zona, siempre apostando a la máxima expresión del terroir”, explica la winemaker Maricel Valdez.

“En el caso del Vilma Gran Syrah hemos logrado un vino concentrado, armonioso y redondo, con una acidez equilibrada, fiel representante del Valle de Pedernal”, completa.

Este proyecto comenzó en 2021, con la realización de 12 microvinificaciones con diferentes técnicas de fermentación, recordó el ingeniero agrónomo Pablo Gómez Sabatié.

Posteriormente, se mantuvieron todos los componentes por separado entre 14 y 18 meses en recipientes de concreto.

Finalizado el período de guarda, se realizó el blend de los diferentes componentes de Syrah; por último, se lleva a cabo una estiba en botella de entre ocho y 12 meses.

El resultado es un tinto de gran concentración, con notas a frutas negras y especias y muy buena estructura, que en boca ofrece textura y notas minerales típicas del terroir.

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