Josephina’s, ícono de la “Petit París” de Buenos Aires

Josephina’s Café y Restaurante es un espacio social y de culto en Recoleta, la “Petit París” de Buenos Aires, que reúne a diversas personalidades y escritores.

Ubicada desde hace casi 20 años en Guido 1534, frente a la plazoleta Rafael Obligado, es un sitio de reunión para pasar un momento con espíritu parisino.

En los últimos tiempos, renovó su carta, combinando el estilo buscado por su público: “Es un café donde además, vas a comer bien”, dicen.

Entre mesas y sombrillas, es un espacio rodeado de edificios de arquitectura francesa de aquella “belle époque” de Buenos Aires.

Ofrece opciones para el desayuno, cóctails por la tarde, almuerzos con menú ejecutivo o a la carta y platos especiales en la noche, que combinan variedad de tapas, comida porteña y europea.

Uno de los platos característicos de este lugar son las vieyras gratinadas, el pâté de la casa, el boeuf bourguignon, el gulash, las empanadas de osobuco o de cordero, entre otros. 

Además, cuenta con una nueva propuesta de hora del té que incluye variedad de patisserie y tés en hebras, y como siempre, todos los jueves y viernes happy hour en aperitivos de 18 a 21.

Fue fundado por el empresario alemán Bernd R. Hettel, quien se estableció en Buenos Aires luego de vender su empresa automotriz en Estado Unidos y en Alemania.

Una vez en Buenos Aires, Hettel estableció su residencia en la Av. Alvear, en el barrio de Recoleta; y, al poco tiempo, y ante la necesidad de conectarse con la gente, abrió Josephina´s Café.

One thought on “Josephina’s, ícono de la “Petit París” de Buenos Aires

  • 25 enero, 2024 at 10:33 pm
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    Viví 31 años en el departamento de Guido 1530, arriba de Josephina’s. Me jacto de haber sido la primer propietaria que dio su consentimiento para que un bar- restaurant se instalara en la planta baja del edificio. Todo funcionó muy bien bajo la dirección de Bernd, quien además ponía su particular sello europeo a la empresa. Después de su lamentable fallecimiento, todo cambio. Desde la calidad de la comida, cada vez más decadente, hasta la atención del personal, muy, muy poco esmerada. Dado mi especial interés en que un emprendimiento como Josephina’s funcione, en homenaje a su historia, de la que me siento parte, del bellísimo lugar en que se encuentra, y de la necesidad de terminar con los fracasos, por pequeños que parezcan , daré mi humilde diagnóstico del mal que la aqueja.
    Josephina’s marcha a la deriva. No hay, al menos a las horas en que estuve allí, que han sido varias y diversas, una cabeza responsable de ninguna de las diferentes actividades. Ni de la cocina, ni del personal, ni mucho menos de dar a la incondicional clientela, el afecto y la calidez que merecería.
    Espero que mi opinión sea un granito de arena para volver a colocar a Josephina’s donde alguna vez estuvo. Por ahora mantiene su actividad, gracias al privilegiado y estético lugar en el que se encuentra. El resto deja mucho que desear, lamentablemente . Con afecto. Esilda Zino.

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