El Gin & Tonic, más vigente que nunca

El Día internacional del gin tonic, trago cuya fórmula por excelencia es 30% de gin y 70 % de agua tónica, se celebra el 19 de octubre de cada año desde 2011.

En 1811 un joyero alemán llamado Johann Jacob Schweppe inventó un sistema para introducir burbujas de dióxido de carbono en el agua embotellada y fundó una compañía en Londres con su apellido.

Años después se añadió quinina a la soda carbonatada de naranja y creó el agua tónica, que además de bebida refrescante servía como medicamente para combatir el paludismo.

Posteriormente, un alto mando británico se le ocurrió añadirle la ginebra a la tónica para realizar un combinado alcohólico con el que celebrar las victorias de las tropas en la India.

Otro posible origen del gin tonic es que la idea del cóctel comenzó durante el reinado de la Compañía Británica de las Indias Orientales en la India en el siglo XVIII.

El paludismo se había convertido en un problema y el médico escocés George Cleghorn descubrió que podría utilizarse la quinina, componente del agua tónica, para tratar la malaria. 

Como a muchos no les gustó el sabor, oficiales británicos en la India a principios del siglo XIX comenzaron a añadir agua, azúcar, lima y ginebra al agua tónica, y así nació un gin tonic.

La ginebra se elabora explícitamente con bayas de enebro y se vendió en la Holanda del siglo XVII como cura para problemas médicos como la gota, los cálculos biliares y los problemas estomacales.

A partir de ahí, el gin tonic se convirtió en una bebida británica popularizada, que incluso trascendería a la cultura popular. 

Su facilidad de preparación le da una versatilidad ideal para experimentar tanto en un bar como en casa, en la forma clásica con una rodaja de limón o con diferentes alternativas, como una rodaja de lima, cáscara de naranja, cáscara de pomelo, frutos rojos o romero, entre otras posibilidades.

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