Bodega Gaja: la revolución del Piamonte
Cinco generaciones de la familia Gaja han venido produciendo vinos en las colinas Langhe del Piamonte, en el noroeste de Italia, desde mediados del siglo XVII.

Después de sus estudios en Alba, Montpellier y Bourgogne en 1961. Angelo Gaja -integrante de la cuarta generación de la familia- aplicó cambios revolucionarios.
Rompió con los métodos de elaboración de 1850, que exigían recolección tardía, larga extracción y un envejecimiento casi interminable en viejas cubas de crianza.
Angelo Gaja decidió elaborar unos vinos tintos fermentados en cubas de acero inoxidable con control de temperatura, bien macerados, y remontados sólo durante dos semanas.
Suavizados por una limpia fermentación maloláctica, envejecidos en barricas nuevas de roble francés durante seis meses y madurados en cubas de viejo roble de Eslovenia durante los doce meses que exige la reglamentación.
Angelo Gaja renunció a la compra de uva a terceros y dispuso que sólo se elaboren vinos a partir de las propias propiedades en las cuales se aplicaban sus métodos.
Se abandonó el ajuste de los vinos y, desde ese momento, sólo se elaboraron millésimés, y si el año no era bueno no se embotellaba.
Sus Nebbiolo, elaborados con la cepa tinta más fina del norte de Italia, el Dolcetto y el Barbaresco han dado una nueva celebridad a los vinos tintos del Piamonte.
En la actualidad, sus tres hijos (Gaia, Rossana y Giovanni) son la quinta generación de la familia.
La bodega cuenta con 102 hectáreas de viñedo en los distritos de Barbaresco y Barolo.
En 1994, la familia adquirió su primera propiedad en la Tosacana, Pieve di Santa Restituta en Montalcino; y, en 1996, otra propiedad en la Toscana, Ca’Marcanda situada en el distrito de Bolgheri.